
Te vas sin poder despedirte. Me doy cuenta de que pierdo más que un amigo y compañero. He perdido una referencia. Casi me doblabas la edad. No teníamos muchas cosas en común. Sólo dos: a ambos nos apasionaba la Música y la Historia, así, con mayúsculas.
Recuerdo como tú, sin tener ninguna obligación, porque ya tenías bastantes, (eras Concejal de Cultura, Presidente de la Cruz Roja, Hermano Mayor del Caído, y por supuesto, marido y padre de varios hijos) apoyaste a un grupo de jóvenes, algunos niños como yo entonces, porque nos habíamos quedado casi huérfanos cuando perdimos a nuestro director. Con la ayuda de algunos padres (José Yoaro, José Ángel Topo, entre otros) y el empeño nuestro, sacamos a flote lo que ahora es la Agrupación Músical Cristóbal Marín. A cambio, tocabas la flauta junto a nosotros, como uno más, y disfrutabas y sufrías, como nosotros, o nos dirigías cuando no había director.
Luego, con los años, te convertiste en mi profesor. Ya eras amigo también, y compañero, pero mi adolescencia, la diferencia de edad y respeto no me dejaban ver que fuera así. Recuerdo tus charlas sobre Historia y sus anécdotas como lo más ameno de mi bachillerato. Me aficionaste a los entresijos de la Historia. Seguramente no contaste ni la mitad de la mitad de todo lo que sabías. Es lo único que te reprocho, no habermelo contado todo, seguramente porque tres horas a la semana no te daban tiempo a más. Eso y tu manía de contar chistes malos, siempre los mismos, todos los años, en mitad de la clase.
Después de la universidad fue ya distinto. Hablábamos de muchas cosas al terminar los ensayos, disfrutábamos al tocar música, me contabas anécdotas, incluso al final me contabas que ya querías dejar la docencia, porque estabas harto de tener que soportar la falta de educación de las nuevas generaciones, y más cuando tú eras el Jefe de Estudios del instituto. Aún así, estoy seguro que no te gustaba abandonarlo del todo.
La mala suerte y la enfermedad ha hecho que tengas que dejarnos, justo cuando ya no querías tener ninguna obligación, y podías disfrutar tu jubilación y tu tiempo libre con tu familia y desarrollar tus aficiones. Siento que me han arrebatado algo de lo que siempre podía disponer, que era de tu compañía y del sonido de tu flauta. Siento que me van a quedar muchas partituras y melodías de las que no podré disfrutar igual que si hubieras sido tú el que las tocaba. Me siento mal, porque contaba contigo para el siguiente ensayo y el próximo concierto. Iba a proponer tocar L´Arlesienne, para que te pudieras lucir.
Adios José Ángel, siempre te tendré en mi memoria, en el rincón en el que guardo a las personas que aprecio y quiero.
P.D. Hoy, 13 de noviembre de 2008, van a enterrar a José Ángel Tortosa Granados. Una de las mejores y más valiosas personas que ha dado Villacarrillo. No porque lo diga yo, sino porque el funeral por su entierro que comienza dentro de un rato, en la Parroquia de San Francisco de Asís, estará abarrotado de gente, todos apoyando a su familia.Descansa en paz, amigo.
Un compañero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario